Juanra Madariaga ....aventuras y desventuras camino al campo base.

EXPEDICIÓN UMPRO A PIE DE CAMPO

Paiju o el reducto de la sal

LA EXPEDICIÓN VASCA ALCANZA LAS ESTRIBACIONES DEL GLACIAR BALTORO EN SU CAMINO AL GASHERBRUM-I

JUANRA MADARIAGA - Martes, 21 de Junio de 2011 - Actualizado a las 05:51h

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PAIJU, 3.357 metros. Paiju quiere decir sal en balti y es de las pocas zonas en toda la travesía al campamento base del Gasherbrum I en la que disfrutaremos de la sombra que proporcionan algunos árboles que se aferran a la pendiente húmeda. Hace dos días salimos de Askole, última población a la que se puede acceder en todoterreno por unas pistas que te ponen los pelos de punta. Desde aquí comienza la larga marcha de aproximación -algo más de 100 kilometros- hasta los campos base de las grandes montañas que se elevan por encima del glaciar Baltoro, enorme carretera de piedra y hielo por la que deambularemos los próximos días. Ayer llegamos desde Jhola hasta Paiju en una larga marcha de unos 40 kilómetros de distancia bajo un sol de los de justicia. Seguimos constantemente el cauce del río Braldo, el cual nace directamente del enorme glaciar que hoy tenemos frente a nosotros. Aquí se hace un día de descanso para que los porteadores preparen sus cargas antes de entrar en el gigantesco caos de hielo y rocas. Desde aquí las vistas son increíbles. Enormes agujas de granito desafían la gravedad y se elevan miles de metros por encima del Baltoro. Uli Biaho, Catedral del Trango, La Torre sin Nombre son un espectáculo para cualquier escalador que inevitablemente traza líneas de ensueño por las fabulosas placas y fisuras que se dibujan en sus paredes. Al fondo, detrás del espectáculo granítico se puede ver una masa de nieve y roca formando un triángulo casi perfecto: es el K2, el grande de los grandes de este lugar.

Todos estamos con alguna dolencia que hace más difícil las largas caminatas que deberemos desarrollar por estos paisajes. Un proceso febril se ha apropiado de mi cuerpo. Sol, viento, sudadas inmundas han sido los culpables de que estas noches, a pesar de una dosis adecuada de paracetamol, sean un tanto horribles. Louis (Rousseau), que hace también las funciones de doctor me ha recetado descanso, mucho líquido y también ibuprofeno. Estoy hecho una piltrafa y mañana tenemos por delante la etapa más larga y dura hasta Urdukas. Espero estar un poco mejor, Inshla-allad!. José Carlos (Tamayo) está con fortasec, ya que una diarrea también le está pasando factura. Parece que el que mejora es Alex (Txikon). Sus molestias estomacales van desapareciendo.

Los problemas que no desaparecen son los que tenemos con las cargas que hay que transportar hasta el campo base. No hay suficientes porteadores y aun faltan bultos que traer. También falta parte de la comida y el alimento escasea un poco.

Aun así no todo son malos rollos y hay espacio para la fiesta. El día de Paiju siempre es jornada de festejo entre los porteadores. Así, a última hora de ayer hubo cánticos y bailes típicos baltis que se alargaron hasta bien entrada la noche, que se vistió después con una redonda luna llena y blanca. Somos más de veinte personas en la expedición y esto es un poco lío, pero vamos haciendo amistades entre los alpinistas que nos acompañan, algunos de los cuales poseen varios ochomiles en su carrera.

En el resto de expediciones que andan por aquí hemos visto a Alexei Bolotov, un ruso máquina que viene del Kanchenjunga y que ha subido del tirón hasta aquí, haciendo dos etapas en una. Ahora nos toca recuperar e intentar llegar al campo base sin ningún problema.

JUANRA MADARIAGA